Descubriendo Perú: De Lima a Machu Picchu y Más Allá

¡Hola desde Miraflores, Lima!

Apenas llegué a Perú y me encontré con la calidez de Miraflores, una de las zonas más emblemáticas de Lima. Desde el primer sorbo de pisco de hoja de coca en Café de la Paz del Parque Kennedy, supe que este viaje sería inolvidable. ¿Y mencioné la hoja de coca que me comí al final? ¡Un sabor único! Pero lo que más me impresionó fue el inigualable servicio de sus restaurantes, la calidad de su comida y la amabilidad de su gente. Sin lugar a dudas, Miraflores se ha ganado mi corazón como un lugar seguro y acogedor.

Naturaleza en Paracas: Islas Ballestas

Mi aventura continuó hacia Paracas, donde las Islas Ballestas me esperaban. Esta experiencia fue una oda a la naturaleza: desde las focas juguetonas hasta los paisajes costeros, todo fue un espectáculo para la vista. Mi Mochilita Travels.

Diversión en las Dunas: Laguna Huacachina

¡El desierto me llamó y no me pude resistir! En Laguna Huacachina, el paisaje dunar se convirtió en mi parque de juegos. Mi Mochilita Travels y yo deslizándonos en tablas de madera por las dunas, sentí la adrenalina y las risas fluir.

Cusco: Llamas, Gastronomía y Cultura Inca

Llegar a Cusco fue entrar en un mundo donde el pasado y el presente se fusionan. Desde alimentar llamas hasta degustar delicias en Kushka, cada momento fue una delicia. Además, la visita a Chinchero fue educativa: aprendí sobre la confección y coloración de ropa hecha con pelo de alpaca, quizá algún día lo use con Mi Mochilita Travels.

Machu Picchu: Una Maravilla Inexplicable

Después de aprender sobre la cultura inca, la joya de la corona nos esperaba a Mi Mochilita Travels y a mí: Machu Picchu. Las palabras no le hacen justicia a este lugar sagrado y majestuoso. La historia, la arquitectura y el entorno natural son simplemente arrebatadores.

Los Altos de Rainbow Mountain

Finalmente, después de superar un ligero mal de altura (¡gracias al oxígeno que me dieron!), me aventuré a la Rainbow Mountain. Su paleta de colores, formada por sedimentos minerales, es una obra de arte natural. Turquesa, lavanda, dorado... la montaña es un espectáculo cromático.

Perú ha sido un viaje de descubrimientos, sabores, sonrisas y naturaleza deslumbrante. Si alguna vez tienes la oportunidad, no dudes en embarcarte en esta aventura.